En un repleto salón de conferencias, del palacio de la Curia, a pesar de las muchas y habituales ausencias de federados, Monseñor Ginés recorrió el ser cofrade en su medio natural, la Iglesia y en como aportamos y podemos contribuir a la misión del pueblo de Dios. Una brillante diserción, lejos de la tristemente habitual regañina, expresada con la naturalidad de quien se reconoce y nos reconoce bajo los mismos palos, sabedor que arrimando el hombro se producen mas frutos; actitud que le inviste, por si, de la autoridad que representa.
En el mismo acto, impropiamente y mostrando poco convencimieto sobre lo que se hacia, se le entregaba, al recientemente designado Pregonero, Fernando Egea y tras la lectura, por parte del impuesto presidente, de la carta que le comunicaba el VºBº. Arzobispal (¿?), del Pergamino de nombramiento y que la Federación concluyó entregarle sin enmarcar, en una carpeta de cartón; no por la crisis, ni por romper el concepto estético del domicilio del Pregonero, no, sino por una novedosa iniciativa, de la quien hubo quien se congratuló y que seria magnífico que no volviera a producirse.
Seria conveniente una fecha mas propia para el acto, así como la separación de los que se hicieron coincidir.
Que cutrerío... madre mia
ResponderEliminar