C O R P U S C H R I S T I

Ha comenzado la celebración de la exaltación del Corpus Christi, las fiestas de Granada; las que nos llegan de la mano de los muy católicos reyes, D. Fernando de Aragón y Dª. Isabel de Castilla, quienes, animando a los granadinos a divertirse como locos, mandaron al Ayuntamiento costear generósamente unas celebraciones cuyo arraigo en la ciudad y su área de influencia es prácticamente inmediata.
Los festejos, en lo esencial, se han mantenido en el tiempo de manera muy similar. En origen se inician en el domingo anterior al gran día, el de la Santísima Trinidad; con periodos en que han comenzado el miercoles de la Tarasca, para prolongarse hasta dos fines de semana despues. El engalamiento de la ciudad, los altares en el recorrido de la procesión, ésta y su Octava, arcos triunfales y diversos actos de divertimiento callejero, han sido el fundamento de unas fiestas que no han estado exentas de periodos de languidez, si bien, cada época ha realizado su particular aportación. Alcanza la fiesta especial esplendor en el periodo barroco. En la actualidad el programa tradicional de festejos y culto, comparte protagonismo con el real de la feria que, instalado en Almanjayar, pide a gritos una mayor proximidad al centro de la ciudad, donde tuvo sus inicios.
Ayer lunes dió comienzo la fiesta con el Pregón, pronunciado a las 13 h. en el consistorio granadino, por el cofrade y Hermano Mayor de la hermandad de las Penas, D. José Luis Perez-Serrabona; y con el encendido de la portada del ferial y el castillo de fuegos artificiales que se pudo disfrutar desde las 00,00 h.
Parte insustituible de los festejos son la exposición de carocas en plaza Bibarrambla; que en el presente año tiene su primer premio en una quintilla referente al acontecer cofrade, en relación a la pretendida liberación de un preso al paso de la cofradía del Descendimiento por la puerta catedralícia del Perdón, frustada por la reincidencia del reo en cuestión.
La Tertulia suma su granito de arena con el engalanamiento de una fachada en la calle Pie de la Torre, algo que ya hicimos en otra ocasión.